Avanzar hacia la sostenibilidad alimentaria requiere que asumamos mayores compromisos tanto individuales como colectivos sobre la producción de alimentos. Un huerto urbano en maceta a una pequeña huerta comunitaria pueden ser el principio de un proceso de transformación importante y necesario.
Cultivar nuestros propios alimentos no solo es una forma de ahorrar dinero y comer más sano, también es una herramienta poderosa para combatir el hambre y fortalecer nuestras comunidades.
Nick Paterson
La necesaria transición hacia la sostenibilidad alimentaria
La producción de alimentos tiene un enorme impacto sobre la biodiversidad, la degradación de los suelos y sobre las emisiones de gases de efecto invernadero. Impactos que, si continuamos con el modelo actual no dejarán de incrementarse para atender a una demanda comercial de alimentos seguirá creciendo en el horizonte 2050.
Según la FAO, para ser sostenible, la producción de alimentos debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras, y al mismo tiempo garantizar la rentabilidad, la salud ambiental, la equidad social y económica.
La instalación de un huerto, por pequeño que sea, es un proceso de aprendizaje constante que nos permite adquirir o recuperar conocimientos y desarrollar nuevas habilidades.
Este aprendizaje nos ofrece más información acerca de lo que comemos y por tanto nos permite decidir qué es lo que queremos comer y valorar los productos con criterios que transcienden el precio.
Potencia la conciencia sostenible
El cuidado de una producción desde la siembra nos reconecta con los ciclos naturales. La responsabilidad de gestionar y mantener un huerto que produce nuestros alimentos nos hace más conscientes de la importancia del manejo de todos los procesos, desde la tierra en la que plantamos al agua con la que se riega y los aportes que se hacen al mundo.

Nuestro proyecto ha instalado huertos urbanos en varios para ofrecer una oportunidad de aprendizaje experiencial sobre la importancia de cuidar la producción de alimentos y velar por la sostenibilidad alimentaria.
Desde Argentina sin Hambre creemos en el valor de la autosuficiencia alimentaria: si más personas cultivan aunque sea una parte de lo que consumen, estamos dando un paso hacia un futuro más justo y sostenible.





